Elogio de los empates 

(18/08/2019) Especial para la Filial EdeLP de La Matanza, "Miguel Ángel Russo".

Es conocido que los pinchas tenemos un coeficiente intelectual futbolístico notablemente superior al resto de los hinchas, incluyendo, por supuesto, a los equipos de las masas.

De allí nuestro asombro por unos cuantos apotegmas que circulan sin distinción de tribuna, argumentados a la ligera, en los que hasta compiten por ver quien lo dice más fuerte, sin percatarse de que se trata burradas supinas.

¿Qué hacemos, pincharratas, ante tales circunstancias? Unos cuantos ya sólo atinamos a dejarlas pasar... uno se cansa de hacer docencia y que nunca aprendan nada, viviendo un eterno analfabetismo futbolístico sustentado en unas cuantas estupideces fácilmente refutables.

Y bueno, los de River, los de Boca, etcétera, son así desde chiquititos. Sin embargo, a veces tenemos ganas, de puro solidarios nomás, de que escuchen con atención a los hinchas del club que llevaron a la Argentina a disputar nada menos que tres finales de la copa del mundo.

Deberíamos cobrarles, por más amigos que sean. Pasa que, además de sabios, también somos generosos. En fin: retomando: de tantas zonceras futbolísticas compartidas por todos (a excepción, claro está, de los hinchas de Estudiantes), hoy me voy a referir a una en particular que no deja de extrañarme. Según sostienen ellos, todos ellos, resulta que los empates no se festejan.

Sí, amigos pinchas, no se asombren, así como leen. Por ejemplo, escuchás a un bostero y a una gallina "cargarse" después de un clásico empardado, más o menos así:

Bostero: - ¡Andá, festejaron el empate!

Gallina: - ¡Tomátelas! ¡Ustedes festejaron! ¡Equipo chico!

Y uno no puede creer lo que está escuchando. Si te agarran con voluntad, tratás de salvar de las tinieblas a estos infradotados del fútbol y empezás a explicar.

A ver: silencio, señores. Escuchen "chitos la boca" que va a hablar un Pincharrata.

¡¡¡¡¿¿¿¿De dónde sacaron que no hay que festejar los empates????!!!! Mucho La Red, mucho ESPN, pero pensar, ni por casualidad. No siempre, es cierto. A veces hay empates que duelen, pero son las excepciones. Sin embargo, si es por eso, también existen los triunfos tristes.

A continuación, paso a ejemplificar con cinco casos de empates que he (hemos) festejado. Los tres primeros son recuerdos más personales; el cuarto es más recordado, y el último, una de las páginas más gloriosas del club, inolvidable si tenés un par de años, y, si sos más joven, seguro te lo contaron.

Primer ejemplo

1975: RIVER 0 ESTUDIANTES 0

Cotejo recordado recientemente por Osvaldo Álvarez en "La Prensa", significó el debut del inolvidable Tata Brown. Primera fecha del "metro", un caluroso día de verano. Debut del River de Labruna con varias superestrellas y olor a campeonato, después de dieciocho años de sequía; finalmente lo consiguió. Enfrente, el equipo del Narigón. El Monumental lleno, esperando la goleada que inicie el camino de flores hacia el título. Pero terminó en un glorioso cero a cero para nuestra satisfacción y para la historia. ¡Estudiaaaannnn!

Segundo ejemplo

1982: BOCA 1 ESTUDIANTES 1

Nacional de 1982, otra vez con Bilardo en el banco, que empezaba a darle forma al equipazo que ganaría los dos torneos siguientes. Lo ví desde la popular visitante. Mouzo adelantó a Boca y después lo empató Gottardi. Todo en el primer tiempo. En el segundo, Estudiantes jugó mucho mejor que su rival, pero no lo pudo reflejar en el marcador. Sobre el final, lo echaron a Herrera. Merecimos ganar y empatamos. ¿Se festeja? ¡Por supuesto! El que lo pregunta, no es Pincha.

Tercer ejemplo

1982: CHICAGO 0 ESTUDIANTES 0

Siguiente torneo. En la cancha de Huracán, el local, Nueva Chicago, que peleaba el descenso, recibía a un Estudiantes puntero, que finalmente ganaría el título. Mal partido del Pincha, de los peores de un campeón brillante, que no pudo hacer prevalecer su jerarquía frente a un adversario más débil en un juego muy cerrado. ¿Se festeja? Claro, qué duda cabe, no nos pudimos alejar en la tabla pero no perdimos. Canta bien fuerte la hinchada al final: "...y chupe, chupe, chupe, no deje de chupar / volvemos a La Plata con un puntito más".

Cuarto ejemplo

1996: ESTUDIANTES 1 CLUB DE GIMNASIA Y ESGRIMA DE LA PLATA 1

Sí, señores, de local y en un clásico. Por supuesto, también se festeja, no hay problema alguno, aun cuando empezamos ganando, cuando Palermo se la bajó a París para el 1-0. Era la última fecha y ellos venían un punto debajo de Vélez, que recibía a Independiente. Necesitaban, por lo tanto, que "El Fortín" no gane; si ganaban el clásico, daban la vuelta en 1 y 57. Los de Liniers no ganaron, Sosa empató y tuvo alguna más, pero todo quedó en tablas. Gran alegría de la hinchada: "Pasan los años, pasan los jugadores, Gimnasia Esgrima, que pobre institución, pensar que cuantos viejos se murieron, y no pudieron ver al Lobo campeón". Epopeya.

Quinto ejemplo

1983: ESTUDIANTES 3 GREMIO 3

Volvamos atrás en el tiempo. De local, por la copa, y con un resultado que, como finalmentese verificó, no alcanzó para avanzar a la final de la Libertadores. Y, sin embargo, esa fría jornada invernal se convirtió de repente en una inolvidable página épica, de esas que cimientan la reconocida mística estudiantil. Esa noche, el equipo remontó un 1-3 con cuatro hombres menos. Digámoslo una vez más: cuatro menos, siete contra once. Aquel sablazo de Russo para el empate final entra, como mínimo, en el top ten de goles más gritados por los hinchas que lo vivieron.

Conclusión: los empates que así lo ameritan deben ser festejados como se debe. Es de equipo grande y sabio hacerlo. Cada pincha puede aportar toneladas de ejemplos más.

Si este elogio de los empates llegó a manos u oídos de algún hincha de otro club, desde ya, soy pesimista. No habrá entendido nada; no está dentro de sus capacidades entender. Les han atrofiado sus posibilidades cognitivas futboleras con tantos años de venderle pavadas. En fin, que se arreglen. Diferentes y superiores, los pinchas tampoco podemos estar explicándole todo el tiempo a todo el mundo como es el fútbol.

Pablo Valaco
González Catán, agosto de 2019